domingo, diciembre 27, 2009

Eige Tu Propia Aventura


Partamos de una base clara: esta película no es para todos. O sea, tiene la historia chico conoce chica más común de todas, las situaciones amorosas clásicas y los típicos problemas fílmicos de cuando se plantea el pasaje de la adolescencia a la adultez; si es que existe tal cosa.
Entonces, ¿por qué digo que éste no es un filme para todos? La respuesta es simple. Lo que encierra, no.


Creo que el punto clave del asunto es que Adventureland esté ambientada en 1987. No sólo por sus multiples detalles y referencias de época, excelentes por cierto, si no por lo que plantea en ese recoveco que a muchos nos gusta observar, llamado "entre líneas". 1987, más de dos décadas atrás, y un halo de inocencia y descubrimiento que, para mí, hoy es extrañable. Y ya no es para todos.

Un personaje principal looser, pero no al extremo de "La Venganza de los Nerds" o similares, con la personalidad suficiente como para aceptarse a veces como un romántico que lee poesía por gusto, fanático de Lou Reed y con el sueño de convertirse en un periodista/escritor de vivencias (como Dickens). Y virgen, en gran parte por elección. Y lo pongo al final porque Adventureland tiene el buen gusto de no agarrarse de ése detalle para construir una historia, si no que, a lo largo de la trama, pasa a ser algo totalmente acorde a la línea pensativa del protagonista. Para unos pocos, claro.

Y para que la historia de amor exista, tiene que estar la chica. Y acá la dama en cuestión, que es la de Crepúsculo según me enteré googleando, tiene una ¿relación? con un señor casado, una crisis constante con su familia y vinilos de Big Star.

Poco me importa contar como se desarrolla la película, ya que en si la historia, si bien no es obvia, entra dentro de los parámetros de cualquier filme similar. Lo interesante es, además de la descomunal banda de sonido, con The Velvet Undeground y Lou Reed a la cabeza, sazonados con David Bowie, The Replacements, Big Star y The New York Dolls entre otros, ver los comportamientos de los personajes, las actitudes y las caracterizaciones, que tan bien veo como se transportan a estas épocas. Para muy pocos.


El tipo casado, fracasado en su vida y su matrimonio, viviendo una mentira en todos los sentidos y la chica linda, con la que todos fantasean, el objeto del deseo y cómo estos dos personajes comparten una idea de la vida machista y retrógrada es algo que aún se puede ver comunmente, en la llamada vida real, en esos mismos estereotipos de personas. La idea de darse cuenta que es un mundo raro, conectarse con sólo cierta gente valorando "otras" cosas y derribando la idea símbolo del homosapiens, esa que plantea que todos los comportamientos del hombre son, simplemente, porque es hombre; y está bien así. El macho cabrío(?). 1987...dos mil casi diez, ¿cambia mucho la cosa?


En una era sumamente efímera, en la que la concepción de la gente es, más que nunca, mostrarse más que ser; en la que leer un libro o tener opiniones políticas ha quedado totalmente "out", es bueno que aparezca una película así para recordarnos que siempre es lindo ser diferente, especial y único. Y que nada de eso tiene algo que ver con lo que significa para el pensamiento masivo ser "un ganador". El inconsciente colectivo ha intentado hacernos creer que son ciertas batallas las que hay que ganar para ser considerado un ganador. Pero algunos hemos decidido jugar la vida con un tablero diferente, otras reglas, otras tarjetas y otros premios. Sólo unos pocos. Y de eso trata "Adventureland".

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